Un sensor de glucosa es un electrodo pequeño que mide los niveles de glucosa. Se coloca bajo la piel en el fluido intersticial, donde las células obtienen el oxígeno y los nutrientes, incluida la glucosa. Los sensores de glucosa se insertan fácilmente utilizando un dispositivo de inserción automático: al igual que muchos tipos de equipos de infusión, se utiliza una aguja para insertar el sensor de glucosa. Luego, la aguja se retira dejando únicamente el pequeño electrodo flexible bajo la piel. A continuación, el sensor de glucosa se conecta a un transmisor para poder transmitir las lecturas a la bomba de insulina o al monitor, o a un grabador para descargarlas al software una vez retirado.
El uso de sensores de glucosa no reemplaza la necesidad de realizar mediciones con punciones digitales. Es necesario que siga utilizando el medidor de glucosa en sangre para confirmar la lectura del monitor continuo de glucosa (MCG) antes del tratamiento o para calibrar el sistema MCG.
El umbral de alarma alto se puede configurar hasta en 400 mg/dL y el umbral de alarma bajo se puede configurar hasta en 40 mg/dL.
El usuario puede personalizar los rangos de los umbrales alto y bajo. Debería hablar con su profesional sanitario sobre los niveles de sus umbrales personales y la configuración de las alertas.
Las alarmas de glucosa alta o baja tienen que estar separadas por al menos 10 mg/dL.
Si configura un límite de glucosa alta a 180 mg/dL, no puede configurar un límite de glucosa baja superior a 170 mg/dL. Por contra, si configura un límite de glucosa baja a 50 mg/dL, no puede configurar un límite de glucosa alta inferior a 60 mg/dL.
Cada sensor de glucosa se puede llevar durante un máximo de 6 días seguidos. Los sensores de glucosa tienen una caducidad de 6 meses a partir de su fecha de fabricación. La fecha de caducidad se encuentra en la parte exterior de la caja de sensores de glucosa y en cada paquete de sensores de glucosa.
El transmisor dispone de una pila independiente que se puede recargar utilizando el cargador proporcionado, pero no se puede cambiar. Dado que se trata de una pila autónoma, el transmisor se debe desechar o reciclar de acuerdo con las ordenanzas vigentes y las directrices de reciclaje locales.
Si se utiliza de manera continua, el transmisor tiene una vida útil de aproximadamente 12 meses.
Nuestros nuevos sensores no necesitan refrigeración. El sensor de glucosa Guardian Sensor 3 se puede almacenar a temperaturas que oscilan entre 2˚ y 27˚ C sin necesidad de refrigeración. Para identificar estos sensores de glucosa, fíjese en el gráfico de temperatura que se encuentra en la parte exterior del paquete de sensores de glucosa o en el lateral de la caja de sensores de glucosa.
Nuestros sensores de glucosa se han probado de manera exhaustiva para soportar con seguridad condiciones de transporte en climas de frío y calor extremos en cajas de transporte "no refrigeradas".
Los sensores de glucosa no se deben congelar.
Si decide, a pesar de todo, guardar los sensores en el refrigerador, deja que el sensor se caliente hasta la temperatura ambiente unos 15 minutos antes de utilizarlo.
El lugar en el que debe ponerse el sensor de glucosa depende de la ropa, la comodidad, las preferencias personales o la experiencia. Es recomendable evitar zonas en las que haya colocado recientemente equipos de infusión. Aunque hay mucha gente que elige la zona abdominal, otras personas prefieren la parte superior de los glúteos, ya que en esta zona es menos probable que sufra golpes o que le afecte la ropa de la cintura.
Consulte la guía de usuario de Guardian Sensor 3 para conocer las ubicaciones que se recomiendan para realizar la inserción con la mayor precisión.
Cuando quede poca pila, el transmisor se lo notifica a la bomba de insulina o el monitor. En la bomba aparecerá la notificación "Batería baja transmisor". La pila del transmisor se debe recargar en un plazo de 24 horas. Recargue el transmisor en cuanto sea posible.
Consulte la sección Alertas y alarmas para obtener más información.
El transmisor y la bomba de insulina deben estar separados aproximadamente 2 metros (6 pies) entre sí para que se produzca la transmisión inalámbrica.
Si el transmisor y la bomba de insulina está muy separados entre sí (a unos 2 metros o 6 pies), sonará una alerta y aparecerá el mensaje "SEÑAL PERDIDA SENSOR" o "SEÑAL SENSOR NO ENCONTRADA" en la pantalla.
El transmisor tiene una memoria equivalente a 10 horas; si el transmisor y la bomba de insulina están demasiado separados entre sí durante más de 10 horas, en los informes podría haber un "vacío de datos" en el que faltará la información de ese periodo de tiempo.
El transmisor Guardian™ Link 3 utiliza aproximadamente 1000 veces menos potencia de radiofrecuencia (RF) que un teléfono móvil. Cuando habla por un teléfono móvil, está recibiendo un flujo constante de transmisiones de RF. En comparación, nuestro transmisor envía "ráfagas" de transmisión muy pequeñas. No son perjudiciales.
Guardian™ Link 3 comienza a transmitir datos en cuando se conecta con el sensor de glucosa. El transmisor también transmite datos cuando la MCG de la bomba de insulina está desconectada. Por tanto, debe desconectar el sensor de glucosa del transmisor. El sensor de glucosa puede permanecer insertado.
La calibración del sistema es como la configuración de la hora en el reloj, que hay que ajustar de vez en cuando para asegurarse de que tiene la hora correcta. Para iniciar un sensor de glucosa, tiene que introducir una lectura del medidor para que el sistema tenga un punto de partida. Luego, tendrá que introducir al menos 2 lecturas del medidor al día, una cada 12 horas. De esta manera, el sensor de glucosa se alinea con el medidor para que las lecturas de MCG sean representativas del nivel de glucemia.
La calibración solo es necesaria si utiliza la función MCG de la bomba de insulina. La bomba de insulina MiniMedTM 640G se debe calibrar como mínimo dos veces al día (una vez cada 12 horas) introduciendo el valor de una medición capilar en ella. Siga estas directrices para obtener los mejores resultados en la calibración:
- Distribuya las calibraciones a lo largo del día. Para optimizar la precisión del sensor, realice la calibración entre 3 y 4 veces al día.
- Aunque puede realizar la calibración en cualquier momento a cualquier velocidad de cambio, si se realiza con dos o tres flechas, la precisión se podría reducir temporalmente hasta la siguiente calibración.
- Introduzca la lectura del medidor de GS en la bomba inmediatamente después de probar la GS.
- La lectura del medidor de GS solo es válida durante 12 minutos; no espere a introducirla más adelante.
- Procure tener siempre los dedos limpios y secos cuando mida los niveles de GS.
- Utilice únicamente las yemas de los dedos para obtener las muestras de sangre para la calibración.
- Si las lecturas del medidor de GS son muy diferentes a las lecturas de glucosa del sensor, tendrá que lavarse las manos y volver a realizar la calibración.
En la siguiente tabla, se describe cuándo se debe calibrar el sensor.
Tengo que calibrar el sensor: |
Hay que |
Dos horas depués de iniciar un nuevo sensor. |
Realizar la primera calibración del sensor. Dos horas después de encender el nuevo sensor, la bomba envía la alerta "Calibrar ahora". La primera lectura de glucosa del sensor aparece entre 10 y 15 minutos después de realizar la calibración. |
Seis horas después de la primera calibración. |
Realizar la segunda calibración del sensor. Seis horas después de realizar la primera calibración, aparece la alerta "Calibrar ahora" y la bomba deja de calcular los valores de glucosa del sensor (SG). Cuando se recibe la alerta "Calibrar ahora", se tarda unos 15 minutos a partir de la calibración en volver a recibir los valores de la SG. |
Doce horas después de la segunda calibración, y en adelante, al menos cada doce horas. |
Después de realizar la segunda calibración, tiene que repetirlas al menos cada 12 horas. Si tarda más de 12 horas en realizar la calibración, aparece la alerta "Calibrar ahora". Se tarda aproximadamente 15 minutos después de realizar la calibración en volver a recibir los valores de SG. |
Los medidores de GS toman lecturas de la glucosa de la sangre mientras que los sensores las toman del fluido intersticial. La mayoría de las veces la glucosa pasa primero por la sangre y luego por el fluido intersticial. Dada la forma en que se desplaza la glucosa, las lecturas del medidor de GS y la glucosa del sensor rara vez coincidirán exactamente. Esto es normal.
Por tanto, cuando utilice nuestra tecnología, debería concentrarse en las tendencias y los patrones, más que en valores individuales.